"La Mejor Herencia de Una Madre Para Su Niña". Es sanarse..
Nuestras células se dividieron y desarrollaron al ritmo de los latidos de su corazón; nuestra piel, nuestro pelo, corazón, pulmones y huesos fueron alimentados por su sangre, sangre que estaba llena de las sustancias neuroquímicas formadas como respuesta a sus pensamientos, creencias y emociones. Si sentía miedo, ansiedad, nerviosismo, o se sentía muy desgraciada por el embarazo, nuestro cuerpo se enteró de eso; si se sentía segura, feliz y satisfecha, también lo notamos.
Christiane Northrup
Cada hija lleva consigo a su madre. Es un vínculo eterno del que nunca nos podremos desligar. Porque, si algo debe quedarnos claro, es que siempre contendremos algo de nuestra madre.
Para tener salud y ser felices, cada una de nosotras tenemos que conocer de qué manera nuestra madre influyó en nuestra historia y cómo sigue haciéndolo. Ella es la que antes de nacer nos ofrece nuestra primera experiencia de cariño y de sustento. Y es a través de ella que comprendemos qué es ser mujer y cómo podemos cuidar o descuidar nuestro cuerpo.
El legado que heredamos de nuestras madres
La mejor herencia de una madre a una hija es haberse sanado como mujer. Christiane Northrup
Cualquier mujer, sea o no sea madre, lleva consigo las consecuencias de la relación que ha tenido con su progenitora. Si esta ha transmitido mensajes positivos acerca del cuerpo femenino y de la manera en la que hay que trabajarlo y cuidarlo, sus enseñanzas siempre formarán parte de una guía para su salud física y emocional.
La mejor herencia de una madre a una hija es haberse sanado como mujer. Christiane Northrup
Cualquier mujer, sea o no sea madre, lleva consigo las consecuencias de la relación que ha tenido con su progenitora. Si esta ha transmitido mensajes positivos acerca del cuerpo femenino y de la manera en la que hay que trabajarlo y cuidarlo, sus enseñanzas siempre formarán parte de una guía para su salud física y emocional.
Sin embargo, la influencia de una madre también puede resultar problemática cuando el papel que ejerce resulta tóxico debido a una actitud descuidada, celosa, chantajista o controladora.
Cuando conseguimos comprender los efectos que la crianza ha tenido en nosotras, comenzamos a estar dispuestas a comprendernos, a sanarnos, a ser capaces de asimilar lo que creemos de nuestro cuerpo o a explorar lo que consideramos posible conseguir en la vida.
La atención materna, un nutriente esencial para toda la vida
Cuando una cámara de televisión enfoca a alguien del público en un evento deportivo o cualquier otro acontecimiento… ¿Qué grita la gente generalmente? “¡¡Hola mamá!!”.
Cuando una cámara de televisión enfoca a alguien del público en un evento deportivo o cualquier otro acontecimiento… ¿Qué grita la gente generalmente? “¡¡Hola mamá!!”.
Casi todos nosotros tenemos la necesidad de ser vistos por nuestras madres, buscamos su aprobación. En origen, esta dependencia obedece a cuestiones biológicas, pues las necesitamos para subsistir durante muchos años; sin embargo, la necesidad de afecto y de aprobación se forja desde el minuto uno, desde que la miramos para ver si algo estamos haciendo bien o si somos merecedores de una caricia.
Tal y como señala Northrup, el vínculo madre-hija está estratégicamente diseñado para ser una de las relaciones más positivas, comprensivas e íntimas que tendremos en la vida. Sin embargo, esto no siempre sucede así…
Con el paso de los años esta necesidad de aprobación puede volverse patológica, generando unas obligaciones emocionales que propiciarán que nuestra madre tenga el poder de nuestro bienestar durante toda o casi toda nuestra vida.
El hecho de que nuestra madre nos reconozca y nos acepte es una sed que tenemos que saciar, a pesar de que para ello tengamos que sufrir. Esto supone una pérdida de independencia y de libertad que nos apaga y nos transforma.
¿Cómo comenzar a crecer como mujer y como hija?
No podemos escapar de ese vínculo, pues sea o no sea sano, manejará siempre de nuestro futuro a su antojo.
La decisión de crecer implica limpiar las heridas emocionales o cualquier cuestión que haya quedado inconclusa en la primera mitad de nuestra vida. Esta transición no es una tarea fácil, pues primero tenemos que detectar cuáles son las partes de la relación materno-filial que requieren de resolución y curación.
¿Cómo comenzar a crecer como mujer y como hija?
No podemos escapar de ese vínculo, pues sea o no sea sano, manejará siempre de nuestro futuro a su antojo.
La decisión de crecer implica limpiar las heridas emocionales o cualquier cuestión que haya quedado inconclusa en la primera mitad de nuestra vida. Esta transición no es una tarea fácil, pues primero tenemos que detectar cuáles son las partes de la relación materno-filial que requieren de resolución y curación.
De ello depende nuestro sentimiento de valía presente y futuro. Esto sucede porque siempre hay una parte de nosotras que piensa que debemos darnos en exceso a nuestra familia o a nuestra pareja para ser merecedoras de amor.
La maternidad e incluso el amor de mujer siguen siendo sinónimos culturales de sacrificio en la mente colectiva. Esto supone que nuestras necesidades queden siempre relegadas al cumplimiento o no de las de los demás. Como consecuencia, no nos dedicamos a cultivar nuestra mente de mujer, sino a moldearla al gusto de la sociedad en la que vivimos.
Las expectativas del mundo sobre nosotras pueden llegar a ser muy crueles. De hecho, yo hablaría de que constituyen un verdadero veneno que nos obliga a olvidar nuestra individualidad.
Esta son las razones que hacen tan necesaria la ruptura con la cadena del dolor y la sanación íntegra de nuestros vínculos, o los recuerdos que tenemos de ellos. Debemos percatarnos de que estos hace tiempo que se convirtieron en espirituales y, por lo tanto, nos toca hacer las paces con las rarezas con las que nos tocó vivir. Sean o no sean tan malas.
Fuente: Madres e hijas de Christiane Northrup
Fuente: Madres e hijas de Christiane Northrup
"Una niña necesita aprender dónde empieza y dónde acaba su responsabilidad moral. Y, como ocurre en todo lo demás, primero mirará a su madre como a su modelo. Las niñas en edad escolar saben detectar la hipocresía inmediatamente. Esto significa que la conducta de la madre ha de estar en conformidad con lo que dice que cree. Si le dice a su hija que puede ser cualquier cosa que desee ser pero continúa dejando de lado sus metas para complacer a otros, no demuestra coherencia moral. Si bien es posible que la hija no se dé cuenta de esto en el momento, o no diga nada si se da cuenta, éste es el tipo de brecha entre creencia y comportamiento que predispone para el conflicto entre madre e hija cuando llega la pubertad.
Primero
Te guiarás por tu propia brújula moral. La lección más importante que puede enseñar una madre a su hija es que se le ha dado una vida sobre la que puede tener un dominio absoluto. Esa vida es suya. Nace con una especie de moralidad personal, un sentido interior de lo que es correcto o incorrecto para ella. Es importante ayudarla a reconocer y fortalecer su fe en ese conocimiento interior, y esto mientras aprende las reglas y los derechos de los demás. Su propia vida, su salud y su felicidad tiene que ser la primera y principal responsabilidad de la niña, porque ninguna otra persona puede crearle estas cosas. Si se toma su vida en serio, será capaz de desarrollar sus dones y talentos de tal manera que sean un regalo para el mundo.
Segundo
Reconocerás tu chispa interior única. Toda hija necesita saber que ha nacido con un don único, una expresión especial de la divinidad que es diferente a la de cualquiera que haya vivido antes que ella o que vivirá después. Su principal tarea es recordar esa chispa interior, avivarla, disciplinarla y desarrollarla. La niña sólo puede hacer esto siendo fiel a sí misma, ya sea un prodigio para el ajedrez o una cuidadora de animales con especial empatía. Su brújula moral interior será su guía hacia su Mayor Bien. La madre ha de ayudar a su hija a aclararse respecto a lo que verdaderamente desea en el mundo. Si su deseo más claro es el de tener hogar y familia, respeta y honra ese deseo. Si su deseo es convertirse en promotora inmobiliaria, apóyala en eso. Si desea ambas cosas, explícale que todo es posible con fe, compromiso y perseverancia. Ayúdala a elaborar una estrategia para ir en pos de lo que desea.
Reconocerás tu chispa interior única. Toda hija necesita saber que ha nacido con un don único, una expresión especial de la divinidad que es diferente a la de cualquiera que haya vivido antes que ella o que vivirá después. Su principal tarea es recordar esa chispa interior, avivarla, disciplinarla y desarrollarla. La niña sólo puede hacer esto siendo fiel a sí misma, ya sea un prodigio para el ajedrez o una cuidadora de animales con especial empatía. Su brújula moral interior será su guía hacia su Mayor Bien. La madre ha de ayudar a su hija a aclararse respecto a lo que verdaderamente desea en el mundo. Si su deseo más claro es el de tener hogar y familia, respeta y honra ese deseo. Si su deseo es convertirse en promotora inmobiliaria, apóyala en eso. Si desea ambas cosas, explícale que todo es posible con fe, compromiso y perseverancia. Ayúdala a elaborar una estrategia para ir en pos de lo que desea.
Tercero
Serás fiel a tu voz interior. Una hija logra desarrollar su sabiduría y su voz de autoridad interiores cuando se la alienta a ser fiel a éstas y a reconocerlas. Necesita modelos que se defiendan en eso y la apoyen. También necesita desarrollar valor, integridad e independencia. Esto significa que debe aprender a equilibrar entre defenderse ella y defender a otros. Todo esto dependerá de su grado de autoestima, cualidad que se adquiere mediante la solidificación de sus habilidades, la disciplina y la perseverancia. Sin embargo, no será capaz de continuar siendo fiel a su voz interior si continuamente se le dice, de palabra o con hechos, que su principal responsabilidad es servir y complacer a su padre, a su madre, a su hermano o a su marido, a expensas de sí misma.
Serás fiel a tu voz interior. Una hija logra desarrollar su sabiduría y su voz de autoridad interiores cuando se la alienta a ser fiel a éstas y a reconocerlas. Necesita modelos que se defiendan en eso y la apoyen. También necesita desarrollar valor, integridad e independencia. Esto significa que debe aprender a equilibrar entre defenderse ella y defender a otros. Todo esto dependerá de su grado de autoestima, cualidad que se adquiere mediante la solidificación de sus habilidades, la disciplina y la perseverancia. Sin embargo, no será capaz de continuar siendo fiel a su voz interior si continuamente se le dice, de palabra o con hechos, que su principal responsabilidad es servir y complacer a su padre, a su madre, a su hermano o a su marido, a expensas de sí misma.
Cuarto
No participarás en relaciones manipuladoras ni explotadoras. Cuando una relación comienza a causar más dolor que dicha, y gasta más energía que la que se recupera, podría ser el momento de dejarla. Esto se aplica tanto a las amistades durante el cuarto año de básica como al matrimonio. Toda niña necesita aprender a ver cuándo se la manipula para que asuma más responsabilidad de la que le corresponde en una determinada situación. Puedes enseñarle que siempre que alguien le dice: ¨Tú me hiciste... [sentir mal, enfadarme, romper mi promesa, (añade lo que convenga)]¨, la manipula. Y que la otra persona intenta obligarla a hacer algo que la hará feliz a expensas de ella. No tiene por qué creer esa mentira fundamental.
No participarás en relaciones manipuladoras ni explotadoras. Cuando una relación comienza a causar más dolor que dicha, y gasta más energía que la que se recupera, podría ser el momento de dejarla. Esto se aplica tanto a las amistades durante el cuarto año de básica como al matrimonio. Toda niña necesita aprender a ver cuándo se la manipula para que asuma más responsabilidad de la que le corresponde en una determinada situación. Puedes enseñarle que siempre que alguien le dice: ¨Tú me hiciste... [sentir mal, enfadarme, romper mi promesa, (añade lo que convenga)]¨, la manipula. Y que la otra persona intenta obligarla a hacer algo que la hará feliz a expensas de ella. No tiene por qué creer esa mentira fundamental.
Reconozcámoslo, las mujeres y las niñas también podemos ser campeonas en manipular a hombres (o niños) y a otras mujeres (o niñas). Solamente si la mujer aprende a decir su verdad (Nuevo Mandamiento número tres) será capaz de evitar esas maneras turbias, solapadas, de obtener lo que desea. Una madre que permite que su hija se salga con la suya manipulando, o es modelo de manipulación, participa en el sistema inmoral.
Quinto
Aprenderás las habilidades para relacionarte con los demás con integridad y reciprocidad. Las relaciones han de llenarnos y animarnos, no vaciarnos o agotarnos. Las relaciones sanas son las principales dichas de la vida. No deberíamos tener que elegir entre ser amadas y también ir en pos de lo que deseamos. El desarrollo propio es, a fin de cuentas, mucho más gratificante y duradero cuando ocurre en el contexto de relacionarnos con otros.
Aprenderás las habilidades para relacionarte con los demás con integridad y reciprocidad. Las relaciones han de llenarnos y animarnos, no vaciarnos o agotarnos. Las relaciones sanas son las principales dichas de la vida. No deberíamos tener que elegir entre ser amadas y también ir en pos de lo que deseamos. El desarrollo propio es, a fin de cuentas, mucho más gratificante y duradero cuando ocurre en el contexto de relacionarnos con otros.
Relacionarse con integridad significa reconocer que toda persona tiene su propia chispa divina interior. Una niña necesita comprender que es moralmente incorrecto envidiar la chispa de otra persona, o envidiar su vida o posesiones. Esto es absolutamente esencial en nuestra sociedad de envidias y de mirar sólo la ventaja propia. Aunque la envidia es una emoción humana normal, no hace ninguna falta abonarla.
Enséñale a tu hija a ver la buena fortuna de otros como una motivación
para crearse algo mejor en su vida.
para crearse algo mejor en su vida.
Enséñale que es posible ir en pos de lo que desea al mismo tiempo que se toman en cuenta las necesidades y sentimientos de los demás.
Señálale personas que podrían servirle de modelos, las que creas que serían
más afines a ella, y pregúntale quiénes son sus modelos.
más afines a ella, y pregúntale quiénes son sus modelos.
Estos dos aspectos de la vida no tienen por qué ser mutuamente excluyentes
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