Uniendo el Cielo y la Tierra

El tercero de los siete rostros de la intención es el rostro del amor. Que hay una naturaleza inherente dadora de vida en el poder de la intención es una conclusión irrefutable. ¿Cómo podríamos llamar esa cualidad que estimula, mejora y apoya todo en la vida, si no es amor? Es la materia prima que mueve el poder del Espíritu Universal de la intención. Como lo dijo Ralph Waldo Emerson: “El amor es nuestra palabra superior y el sinónimo de Dios.” El campo energético de la intención es puro amor, dando como resultado un ambiente de cariño y total cooperación. El juicio, la ira, el odio, el miedo o el prejuicio ahí no prosperan. De manera que si fuéramos capaces de ver este campo, solo veríamos creatividad y bondad en un campo infinito de amor. Entramos en el mundo físico de las fronteras y de los comienzos a través del campo de la fuerza universal del amor puro. Este rostro de la intención, que es una expresión del amor, desea solamente que prosperemos y crezcamos, y que nos convir

El primero de los siete rostros de la intención es la expresión creativa del poder de la intención que nos ha designado, traído aquí y creado un ambiente compatible con nuestras necesidades. El poder de la intención tiene que ser creativo o nada existiría. Me parece que esta es una verdad irrefutable sobre la intención/Espíritu, ya que su propósito es que la vida exista en un ambiente deseable. ¿Por qué concluyo que el poder dador de vida de la intención determina que tengamos vida y en creciente abundancia? Porque si lo opuesto fuera verdadero, la vida, tal como la conocemos, no podría llegar a originarse. El mismo hecho de que podemos respirar y experimentar la vida me comprueba que la naturaleza del Espíritu dador de vida es creativa desde lo más profundo de su núcleo. Esto puede parecerle obvio, o de hecho puede parecer confuso o hasta irrelevante. Pero lo que sí está claro es que: Usted está aquí en su cuerpo físico; hubo un tiempo en que usted era un embrión, antes era una s

Cualquier poder que tenga, como naturaleza inherente, la necesidad de crear y convertir energía en forma física debe ser también un poder bondadoso. De nuevo estoy deduciendo esto del opuesto. Si el poder dador de todo de la intención tiene en su núcleo el deseo de ser cruel, malévolo o dañino, entonces la creación por sí misma sería imposible. En el momento en que la energía cruel se convirtiera en forma, el Espíritu dador de vida se destruiría. En cambio, el poder de la intención tiene un rostro de bondad. Es su energía bondadosa lo que está creando que prospere, crezca, sea feliz y se sienta realizado. Nuestra existencia me comprueba la bondad de la intención. Tomar la decisión de ser bondadoso es una opción para activar el poder de la intención en su vida. Los efectos positivos de la bondad en el sistema inmunológico y en el incremento de la producción de serotonina en el cerebro, han sido comprobados en estudios científicos. La serotonina es una sustancia que ocurre natural