Desintoxica tu Vida
Tercera Clave
Desintoxica tu vida
Nuestro estado natural se
caracteriza por la alegría, la tranquilidad y la realización espontánea. Cuando
no experimentamos este estado es porque hay contaminación en nuestro cuerpo o
en nuestra mente. Dicha contaminación puede ser el resultado de emociones,
hábitos o relaciones tóxicos, así como sustancias tóxicas.
Todos éstos han
echado raíces en la mente como resultado del condicionamiento. Por lo tanto, la
solución a la toxicidad está en el nivel donde la mente ha perdido su estado
natural.
Este condicionamiento empieza muy temprano en la vida. Los primeros
síntomas son emociones tóxicas como ira, ansiedad, culpa y verguenza. A medida
que crecemos aparecen la baja autoestima, las relaciones tóxicas y los desequilibrios
en nuestro estilo de vida. Para desintoxicar tu vida debes dar marcha atrás a
todo este condicionamiento.
“Quién puede
subir al monte del Señor? Quién puede estar en su lugar santo?
Sólo el de
manos limpias y corazón puro.” Salmo
24
Las raíces de la infelicidad
suelen ser invisibles, y es así especialmente en el caso del condicionamiento
que genera toxicidad en la vida de las personas. El condicionamiento más
poderoso se produce en un nivel sutil de la mente. Comienza en el pimer año de
vida, cuando el cerebro del bebé aprende a pensar, sentir y comportarse a
partir de sus experiencias en casa. Entre los dos y tres años de edad, el
condicionamiento se convierte en un rasgo dominante.
Es en esa época cuando nuestro cerebro desarrolla pautas que
durarán toda la vida. Incluso ahora sigues repitiendo escenarios que aprendiste
a los dos o tres años. Pongamos como ejemplo un niño que va por la calle con su
madre. Ve una paleta gigante y quiere una. Qué hace? La pauta más común es la
siguiente: primero se muestra simpático y pide a su madre con voz suplicante
que se la compre. Si la táctica no funciona, intenta lo opuesto, actuar
groseramente: lloriquea, grita y hace un berrinche. Si esto no funciona, el
siguiente paso es actuar con rebeldía e indiferencia. Su madre no quiere verlo
triste ni enojado, pero él se rehúsa a prestarle atención. Es un enfoque más
sutil que la simpatía y la grosería. Si la rebeldía falla, el último recurso es
adoptar el papel de víctima (pobre de mi, nadie me quiere lo suficiente como
para comprarme una paleta). Cuando la madre finalmente cede, el niño queda
condicionado: piensa que ha descubierto algo que “sí funciona”. Por simple que
parezca este ciclo emocional, millones de adultos siguen representándolo, con la
creencia de que sus tácticas “funcionan” para obtener lo que quieren. El
problema con este condicionamiento es que mediante la manipulación de los demás
nunca obtendrás lo que en realidad deseas: amor, tranquilidad y felicidad.
Debido a que el condicionamiento implanta en el cerebro una idea equivocada de
la felicidad, lo que estás haciendo es manipularte a ti mismo. Te conviertes en
una de esas personas que no conocen otra cosa que ser simpáticas, groseras,
rebeldes o hacerse las víctimas.
El condicionamiento es la forma más sutil de la toxicidad. Para
alcanzar la felicidad auténtica es indispensable escapar de nuestro
condicionamiento mental. En nuestra sociedad ha surgido el interés por llevar
una vida mas natural, libre de sustancias tóxicas. Cualquier clase de
purificación puede ser benéfica, pero el secreto para desintoxicar el cuerpo
esta más en la mente que en ningún sitio. Los pasos para librarte de toxinas en
el nivel sutil son siete:
Paso 1. Asume
la responsabilidad de tu respuesta actual.
Paso 2. Presencia
lo que estás sintiendo.
Paso 3. Da
un nombre a tu sentimiento.
Paso 4. Expresa
lo que sientes.
Paso 5. Comparte
lo que sientes.
Paso 6. Libérate
del pensamiento tóxico mediante el ritual.
Paso 7. Celebra
la liberación y sigue adelante.
Estos siete pasos sirven para liberarse de emociones hábitos,
deseos o relaciones tóxicos, pues todos son resultado de tu condicionamiento
temprano.
Asume la responsabilidad. Para empezar, renuncia a culpar y
a sentirte culpable. Para escapar de la infelicidad debes encontrar una manera
original de modificar tu respuesta condicionada, la cual se fundamenta en el
pasado. Si no asumes tu responsabilidad estás poniendo tu destino en manos de
otro. Si culpas a alguien más, estas esperando que esa persona cambie para
sentirte mejor. Cuánto tiempo tomará? Puede que esperes por el resto de tus
días. Ya bastante difícil es cambiar uno; liberate de la necesidad de cambiar a
los demás.
Presencia lo que estas sintiendo.
El
condicionamiento hace que sientas lo mismo cada vez que enfrentas una misma
situación. Esto resulta frustrante porque tan pronto resurge la vieja respuesta
te enredas en ella. Lo que necesitas es un lugar despejado, el lugar para
presenciar. Presenciar significa estar presente con tu emoción sin que ésta te
arrastre. La mejor manera de presenciar es identificar en que parte de tu
cuerpo se localiza el sentimiento. Las emociones tóxicas suelen ubicarse en
alguno de los centros sutiles conocidos en sáncsrito como chakras. La ira se siente en el intestino, el nerviosismo en el
estómago, el temor en el corazón, la frustracion en la garganta, la tensión
sexual en la zona genital. Pero no hace falta profundizar. Cuando se les
pregunta qué clase de sentimiento tóxico tienen, la mayoría de las personas
mencionan temor e ira. Cuando tengas estos sentimientos no te preocupes por lo
que “quieren decir”; siente en que parte de tu cuerpo se estan expresando. Al
localizar el sentimiento en tu cuerpo eludes el parloteo mental que lo mantiene
vivo.
Da un nombre al sentimiento. Cualquiera que sea la sensación
que encuentres en tu cuerpo, dale un nombre. Utiliza palabras sencillas: temor,
ira, hostilidad, frustración, verguenza, culpa, celos. Evita palabras
sentenciosas como traicionado, decepcionado o herido, las que supongan culpar a
otro. Nombrar el sentimiento es una manera de reconocer lo que estás
enfrentando. Tu simplicidad y sinceridad te mantendrán al margen de las
extensas y complicadas historias que solemos repetir cuando nos enojamos. Todas
esas historias tienen un mismo tema: el pasado. Tus sensaciones y emociones
estan en el presente.
Expresa el sentimiento. Cualquier emoción se vuelve tóxica
si la reprimimos. Al expresarlo la liberamos, con lo que el cuerpo y el alma se
purifican. No se trata de expresar cuánto odias o cuánto culpas a otra persona,
pero como naturalmente querrás contar tu versión de la historia, primero
expresa tus sentimientos desde tu punto de vista, por escrito. Luego exprésalo
desde el punto de vista de la otra persona, lo cual es más difícil. Finalmente,
describe tu posición desde la perspectiva de un tercero, como si estuvieras
escribiendo un reportaje para el New York
Times. Cuando hayas desarrollado las tres perspectivas, el conflicto, la
ira o el temor que estabas sintiendo empezará a perder energía. Lo que hiciste
fue expandir tu conciencia. La expansión permite que la energía estancada
fluya; la contracción convierte la energía reprimida en resentimiento. Ésta es
una regla muy útil porque siempre nuestra primera reacción es ceñirnos a un
punto de vista, el nuestro.
Comparte tu sentimiento. Ahora ve más allá de tu
perspectiva personal y permite que otros participen. Comparte tu sentimiento
con personas en quienes confíes. Descríbeles cómo has vivido todo el proceso,
incluyendo los tres puntos de vista. No te quejes ni defiendas sólo tu punto de
vista. El objetivo es recibir un reflejo auténtico, que puede provenir de la
persona adecuada.
Libérate mediante el ritual. Inventa una ceremonia que purifique
simbólicamente tu vida de esa toxina en particular. Estarás invocando el poder
milenario de los símbolos, parte integral de toda cultura. Al final del proceso
descubrirás que ya no necesitas aferrarte. Preferirás ser una persona libre de
ese sentimiento tóxico. Desarrolla el ritual memorable y significativo para ti:
lanzar una nota al río, encomendar tus problemas a la Virgen María, arrojar al
océano tus motivos de queja atados a una piedra… Cualquier ritual que te
permita decir: “A partir de este instante soy libre”. Puedes hacerlo en
privado, aunque muchos prefieren testigos que validen su liberación y les
ayuden a recordar su significado.
Celebra y sigue adelante. Ahora es momento de festejar tu
liberación mediante la alegría compartida y la gratitud. Celebrarás un final y
un comienzo. No tienes que hacerlo de forma escandalosa o pomposa. Es un regalo
para ti mismo. Su importancia es simbólica porque con la celebración validas
que mereces ser libre y feliz. Entonces sigue adelante. No todos se sienten
cómodos con cada uno de los siete pasos. Pero eso no es razón para no ponerlos
en práctica, pues el condicionamiento tiene la costumbre de decir: “No
necesitas cambiar. Estás bien así.” Pero si te sientes desanimado, deprimido y
ansioso es porque esa voz está mintiendo. No importa cuán familiar te parezca,
es la voz de la derrota y está obrando en contra de tu felicidad. Estos siete
pasos te permiten establecer nuevas pautas de comportamiento. No los hagas
apresuradamente ni te adelantes. Cada uno tiene su propia integridad. Es la
única manera de escapar del pasado: llenar el presente con nuevas conductas.
Llegará un momento en que no necesites recorrer cada uno de los siete pasos
porque habrás aprendido a reconocer tus sentimientos, a presenciarlos y a
movilizar la energía tóxica que los mantiene en su lugar. Con el tiempo
descubrirás que puedes ver tu situación desde varios puntos de vista. Pero por
ahora concentrate en cada paso de la purificación interior. Cuando empieces a
sentirte emocionalmente libre porque ya no te aferras al pasado, habrás abierto
espacio para desintoxicar tu vida en general. Descubrirás que deseas
simplicidad en tu vida, porque la felicidad es simple. Antes era fácil quedar
enredado en cosas superficiales en todos los niveles. Demasiadas actividades,
posesiones, sentimientos enterrados y decisiones que nunca se tomaron. Sin
embargo, cuando estés listo podrás librarte de todo lo superfluo. A
continuación encontrarás una lista que te servirá de guía.
1.
Despeja tu
entorno.
2.
Si compras
algo, deshazte de algo
3.
Destina
dinero a la protección del medio ambiente; retribuye una pequeña parte de lo
que la naturaleza te ha dado.
4.
Haz algo sin
la intención de lucrar.
5.
Sé generoso.
6.
Sé
espléndido para dar, en especial cosas intangibles.
7.
Nutre tu
cuerpo en vez de profanarlo.
La vida es complicada y cada vez se complica más, o es simple y
cada vez se simplifica más. Lo importante es pasar del primer estado al
segundo. Para hacerlo debemos partir siempre del condicionamiento emocional.
Cada vez que te liberas de tu viejo condicionamiento, incluso de maneras que
parecen insignificantes, estás formando redes neurales más eficientes en tu
cerebro. En lenguaje sencillo, te estás volviendo lúcido. En vez de no saber
decidir entre A y B, estás enseñando a tu cerebro a sentir el mundo
directamente. Ésa es la diferencia entre estar o no condicionado: en este
último caso te das a ti mismo mucho más del potencial infinito de la vida. En
última instancia sólo existe una toxina cualquier cosa que te aleja de tu ser
verdadero. Tu ser auténtico tiene completa libertad de elección. Cada día se
abre a posibilidades infinitas. Una vez que te liberas de todos los
condicionamientos te volverás auténtico y serás purificado al mismo tiempo.
Para activar la tercera clave en mi vida cotidiana, me prometo
hacer lo siguiente:
1.
Prestaré
atención al procedimiento de siete pasos cada vez que surja una emoción tóxica.
Comenzaré por asumir la responsabilidad de mis reacciones y por no culpar a los
demás. Si hay una reacción que me hace sentir desdichado, me corresponde
cambiarlo. Encontraré la energía para cambiar escapando de mi antiguo
condicionamiento, que me hace desdichado. Ésta es la manera más eficaz de
desintoxicarme.
2.
Antes de
llevar algo a mi cuerpo me preguntaré si es o no nutritivo. La nutrición puede
tomar la forma de alimentos puros, pero también de emociones puras y de
influencias sanadoras. No intentaré cambiar ningún hábito por la fuerza. Si
estoy llevando algo tóxico a mi vida- sean sustancias, emociones o relaciones-
no lucharé contra mis impulsos; más bien descubriré el cambio en la causa
original, que es el condicionamiento emocional.
3.
Daré un paso
para simplificar mi vida. Cuando algo se complica demasiado veo que sólo se
complicará más. Mi objetivo es liberarme de las cosas superficiales que me
anclan. Primero está la inocencia de espíritu, que no tiene nada que ver con el
exterior y todo que ver con la felicidad que acompaña a mi ser verdadero.
Extraído del libro “La Receta de la
Felicidad” escrito por el Dr. Deepak Chopra
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