Que es el Destino?
Es
el destino una fuerza externa implacable que gobierna al hombre? Este concepto
ha influenciado a mucha gente, haciéndoles pensar que lo que tenga que pasar,
pasará y no se puede hacer nada al respecto.
El destino se refiere a algo que ha sido decretado - pero ha sido ordenado por ti, por medio de la ley de la causalidad o por medio del karma. Dios te dio la libertad de decidir cómo quieres actuar; pero la ley de la causalidad controla el porvenir de acuerdo con la naturaleza de la acción. De este modo, cada acto se transforma en un una causa que producirá cierto efecto. Cuando pongas en movimiento una causa determinada, el efecto responderá inevitablemente a esa causa. Estés haciendo el bien o el mal, debes cosechar el resultado de esa acción. Así, día a día estás creando las causas que determinan tu destino.
Mientras estás comiendo es probable que digas, ‘Comeré un poco más.’ Y cuando has terminado piensas, ‘No debería haber comido tanto’, Esta es la naturaleza humana. Somos las criaturas más extrañas de toda la creación. Nos llamamos seres inteligentes, pero somos esclavos de nuestros deseos. A causa de ese ‘un poco más’, descubres un día que tienes problemas de corazón o dolores de estómago. Entonces dices, ‘¿Por qué me sucede esto? Seguro que estaba destinado a enfermar.’ Pero no es eso. Te olvidas de que comiste ese ‘poco más’, cuando deberías haber usado el autocontrol y no haber comido tanto. Si un motor está sobrecargado y aún lo cargas más, lo estarás forzando mucho. Podría dejar de funcionar. De la misma manera, sobrecargaste el motor de tu digestión. Esa fue la causa, y fue creada por ti; tus dolores de estómago son solo el resultado.
Por qué Somos Diferentes de los Demás
El destino se refiere a algo que ha sido decretado - pero ha sido ordenado por ti, por medio de la ley de la causalidad o por medio del karma. Dios te dio la libertad de decidir cómo quieres actuar; pero la ley de la causalidad controla el porvenir de acuerdo con la naturaleza de la acción. De este modo, cada acto se transforma en un una causa que producirá cierto efecto. Cuando pongas en movimiento una causa determinada, el efecto responderá inevitablemente a esa causa. Estés haciendo el bien o el mal, debes cosechar el resultado de esa acción. Así, día a día estás creando las causas que determinan tu destino.
Mientras estás comiendo es probable que digas, ‘Comeré un poco más.’ Y cuando has terminado piensas, ‘No debería haber comido tanto’, Esta es la naturaleza humana. Somos las criaturas más extrañas de toda la creación. Nos llamamos seres inteligentes, pero somos esclavos de nuestros deseos. A causa de ese ‘un poco más’, descubres un día que tienes problemas de corazón o dolores de estómago. Entonces dices, ‘¿Por qué me sucede esto? Seguro que estaba destinado a enfermar.’ Pero no es eso. Te olvidas de que comiste ese ‘poco más’, cuando deberías haber usado el autocontrol y no haber comido tanto. Si un motor está sobrecargado y aún lo cargas más, lo estarás forzando mucho. Podría dejar de funcionar. De la misma manera, sobrecargaste el motor de tu digestión. Esa fue la causa, y fue creada por ti; tus dolores de estómago son solo el resultado.
Por qué Somos Diferentes de los Demás
Detrás de la luz de cada bombilla se esconde la corriente eléctrica; detrás de
cada pequeña ola se halla el vasto océano, del que surgen las demás olas. Esto
mismo ocurre con los seres humanos. Dios hizo a cada hombre a su imagen, y a
cada uno dio la libertad. Pero olvidáis la fuente de donde provenís y el
inigualable poder divino que forma parte de vosotros. Las posibilidades de este
mundo son ilimitadas, así como el progreso humano. Aunque parece que cada ser
humano nace con limitaciones definidas. Estas son resultado de la operación de
la ley del karma. Todas las causas de enfermedad o repentinos fracasos
financieros y demás problemas que aparecen sin previo aviso, y sin que sepas el
porqué, fueron creadas por ti en el pasado, en esta o en pasadas
reencarnaciones, y han estado germinando silenciosamente en tu conciencia. Si
hubieras poseído la sabiduría, hubieses podido reducir los efectos mediante una
correcta actuación; pero acostumbráis a llevar una vida que es generalmente
inconsciente de los posibles resultados de vuestros pensamientos y acciones.
Así, cuando sucede algún contratiempo sin razón aparente, decís, ‘Bueno, cosas
del destino.’ Vuestros problemas o enfermedades empezaron con acciones erróneas
que realizasteis en vidas pasadas, y los efectos de estas acciones han estado
hirviendo en vuestro interior esperando el momento adecuado para salir al
exterior.
Enfermedad, salud; fracaso, éxito; desigualdad, equilibrio; muerte prematura, larga vida - estos son los resultados de las acciones del pasado. Estos provocan que cada uno de nosotros venga a este mundo con distintos grados de bondad o maldad. De esta forma, aunque Dios nos hizo a su imagen y semejanza, no hay dos personas iguales; cada uno ha utilizado la libertad que le ha dado Dios para hacerse distinto. Es por esto que hay quien sufre por el más pequeño contratiempo. Otros se enfadan a la mínima provocación. Y también están aquellos que comen sin parar y no tienen autocontrol. ¿Los hizo Dios así? No. Cada persona se ha hecho a sí misma tal y como es. No habría justicia en el mundo si Dios nos hubiera hecho así arbitrariamente. A veces pienso que Dios debe estar maravillándose con el gran zoológico de seres humanos que hay aquí, culpándole por un dolor de cabeza o metiéndose siempre en problemas. No culpéis a Dios ni a nadie más si estáis sufriendo por una enfermedad, por problemas financieros o sobresaltos emocionales. Tu creaste la causa de esos problemas en el pasado y debéis tomar una mayor determinación para desarraigarlos ahora.
Tres Formas de Actuar Ante los Efectos de las Acciones
Enfermedad, salud; fracaso, éxito; desigualdad, equilibrio; muerte prematura, larga vida - estos son los resultados de las acciones del pasado. Estos provocan que cada uno de nosotros venga a este mundo con distintos grados de bondad o maldad. De esta forma, aunque Dios nos hizo a su imagen y semejanza, no hay dos personas iguales; cada uno ha utilizado la libertad que le ha dado Dios para hacerse distinto. Es por esto que hay quien sufre por el más pequeño contratiempo. Otros se enfadan a la mínima provocación. Y también están aquellos que comen sin parar y no tienen autocontrol. ¿Los hizo Dios así? No. Cada persona se ha hecho a sí misma tal y como es. No habría justicia en el mundo si Dios nos hubiera hecho así arbitrariamente. A veces pienso que Dios debe estar maravillándose con el gran zoológico de seres humanos que hay aquí, culpándole por un dolor de cabeza o metiéndose siempre en problemas. No culpéis a Dios ni a nadie más si estáis sufriendo por una enfermedad, por problemas financieros o sobresaltos emocionales. Tu creaste la causa de esos problemas en el pasado y debéis tomar una mayor determinación para desarraigarlos ahora.
Tres Formas de Actuar Ante los Efectos de las Acciones
Destino significa que una causa ha actuado para producir un efecto. Tú puedes
cambiarlo si sabes cómo hacerlo. De todas formas, no siempre es sencillo.
(1) Puedes minimizar el efecto de una acción.
(2) Puedes resistir el efecto.
(3) Puedes detenerlo por completo
¿Por qué la gente acude a los médicos? Porque creen que es una forma de minimizar los efectos de las acciones erróneas. El modo físico de disminuir una enfermedad o superarla reside en remedios tales como la dieta, el ejercicio o la medicación. Un estudiante de Self- Realization se curó recientemente de unas úlceras gracias a una dieta de pan y leche. Pero minimizar o acabar con los efectos no necesariamente eliminará la causa. Bajo circunstancias favorables, la causa enviará nuevos efectos bajo distinta o la misma forma.
Para resistir los efectos del karma debes usar remedios con sentido común, pero debes confiar más en el poder de la mente. No aceptes ninguna limitación. Debes creer en la salud, la fuerza y el éxito aún ante una evidencia contradictoria. Los efectos de tus acciones tiene mucho menos poder cuando no permites a tu mente hacerse cargo de ellos. Recuerda eso. También puedes resistir si contrarrestas los efectos dañinos de pasadas malas acciones mediante buenos efectos puestos en marcha por acciones correctas que realices en el presente, previniendo así la creación de un ambiente favorable al desarrollo de tu mal karma.
¿Pero cómo romperás la cadena con la que el destino te retiene? La única manera de detener permanentemente los indeseables efectos de pasadas malas acciones es acabando con la causa de esos efectos. Las tendencias dañinas de las vidas pasadas deben ser cauterizadas del cerebro; entonces ninguna enfermedad ni cualquier otro problema podrá recurrir a esas tendencias. Debes quemarlas con el fuego de la sabiduría. El hombre sufre a causa de sus errores, y la causa de los errores es la ignorancia. Así pues, busca la sabiduría que nace de la meditación. Krshna dijo: ‘Tal como el fuego reduce la madera a cenizas, Arjuna, la llama de la sabiduría consume todo el karma.’(Bhagavad Gita IV:37). Cuando meditas profundamente, la luz divina de la sabiduría cauteriza las semillas del indeseable karma, almacenado en los profundos huecos de la conciencia.
(1) Puedes minimizar el efecto de una acción.
(2) Puedes resistir el efecto.
(3) Puedes detenerlo por completo
¿Por qué la gente acude a los médicos? Porque creen que es una forma de minimizar los efectos de las acciones erróneas. El modo físico de disminuir una enfermedad o superarla reside en remedios tales como la dieta, el ejercicio o la medicación. Un estudiante de Self- Realization se curó recientemente de unas úlceras gracias a una dieta de pan y leche. Pero minimizar o acabar con los efectos no necesariamente eliminará la causa. Bajo circunstancias favorables, la causa enviará nuevos efectos bajo distinta o la misma forma.
Para resistir los efectos del karma debes usar remedios con sentido común, pero debes confiar más en el poder de la mente. No aceptes ninguna limitación. Debes creer en la salud, la fuerza y el éxito aún ante una evidencia contradictoria. Los efectos de tus acciones tiene mucho menos poder cuando no permites a tu mente hacerse cargo de ellos. Recuerda eso. También puedes resistir si contrarrestas los efectos dañinos de pasadas malas acciones mediante buenos efectos puestos en marcha por acciones correctas que realices en el presente, previniendo así la creación de un ambiente favorable al desarrollo de tu mal karma.
¿Pero cómo romperás la cadena con la que el destino te retiene? La única manera de detener permanentemente los indeseables efectos de pasadas malas acciones es acabando con la causa de esos efectos. Las tendencias dañinas de las vidas pasadas deben ser cauterizadas del cerebro; entonces ninguna enfermedad ni cualquier otro problema podrá recurrir a esas tendencias. Debes quemarlas con el fuego de la sabiduría. El hombre sufre a causa de sus errores, y la causa de los errores es la ignorancia. Así pues, busca la sabiduría que nace de la meditación. Krshna dijo: ‘Tal como el fuego reduce la madera a cenizas, Arjuna, la llama de la sabiduría consume todo el karma.’(Bhagavad Gita IV:37). Cuando meditas profundamente, la luz divina de la sabiduría cauteriza las semillas del indeseable karma, almacenado en los profundos huecos de la conciencia.
Incluso
la Llegada de la Muerte Puede ser Alterada
Jesús demostró de una manera dramática que no hay destino inalterable. De
acuerdo con su karma, Lázaro estaba destinado a morir en un día determinado. La
ley se cumplió y Lázaro murió. Estaba destinado a morir. Pero ni siquiera la
muerte es irrevocable. Jesús pudo satisfacer la ley kármica y devolvió a Lázaro
a la vida. ¿Cómo lo hizo? No dijo simplemente, ‘Ven hacia aquí.’ Jesús vio
hacia donde había ido el alma de Lázaro después de abandonar su cuerpo y
contactó con ella para traerla de vuelta. Pero no llamó al alma para devolverla
a un cuerpo que había comenzado a descomponerse (Juan XI:39) Jesús tuvo que
crear de nuevo ese cuerpo; tuvo que revivir y recomponer el cuerpo antes de que
el alma entrara en él. Sólo después de hacer eso pudo invocar a Lázaro para que
volviera. De este modo, Jesús hizo dos cosas: Primero se situó a sí mismo -a su
vida y a su poder divino- en el cuerpo de Lázaro. Así pudo trabajar con el
karma de Lázaro: colocó el karma en su cuerpo. Después de liberar del cuerpo de
Lázaro la causa de su muerte, renovó las células de su cuerpo para que retornaran
a la vida.
(‘La ley de los milagros puede ser realizada por un hombre que sabe que la esencia de la creación es la luz. Un maestro es capaz de proyectar en manifestación perceptible los ubicuos átomos de la luz. La forma de la proyección (lo que sea: un árbol, una medicina, un cuerpo humano) está determinado por el deseo del yogui y por su poder de voluntad y visualización.’ - Autobiografía de un Yogui, Capítulo 30, La Ley de los Milagros.)
De esta manera pudo Jesús revivir a Lázaro, aún y cuando las leyes naturales lo hacían imposible.
Si la bombilla de una lámpara se rompe la luz desaparecerá. A no ser que reemplaces la bombilla, no podrás devolver la luz. De la misma forma, si la luz del alma abandona un cuerpo, no puede volver si no es en la bombilla de un nuevo cuerpo, en una nueva encarnación. Pero los antiguos sabios sabían, al igual que Jesús, que un cuerpo destinado a morir puede ser revivido por aquel que sabe como hacerlo. Por supuesto, resucitar a los muertos es un caso extremo de alterar el destino; pero nos muestra que el hombre tiene poder incluso sobre la muerte - el destino inevitable.
Mahavatar Babaji también demostró el poder de devolver la vida. Un pretendiente a discípulo buscó a Babaji en el Himalaya, donde el gran maestro vive con algunos avanzados discípulos. El extranjero pidió ser admitido en el grupo sagrado, jurando que saltaría desde la montaña si su petición era rechazada. Babaji le dijo que no podía aceptarlo en aquel estado de desarrollo. El turbado devoto se precipitó por el precipicio mientras los demás devotos lo observaron con horror. Babaji les pidió entonces que recuperaran el cuerpo. Los discípulos obedecieron y colocaron el cuerpo sin vida a los pies del Mahavatar. El tocó el cuerpo, lo curó y devolvió al devoto a la vida. Mediante este acto de fé y devoción totales, el discípulo extrajo los últimos vestigios de mal karma que le hacían inapropiado para unirse al grupo de devotos de Babaji. El gran gurú le aceptó entonces como discípulo.
En otra ocasión, Babaji satisfizo la ley kármica atrayendo el karma de un devoto hacia él, mitigando así el poder de la muerte - lo cual solo un verdadero gurú tiene el poder de hacer. El Mahavatar estaba sentado junto aLahiri Mahasaya y otros discípulos. Ante ellos ardía un fuego ceremonial. De repente, Babaji tomó una ascua incandescente y golpeó con ella el hombro desnudo de un discípulo. Lahiri Mahasaya se extrañó y preguntó a Babaji por qué había hecho algo tan terrible. Babaji le miró y dijo :’¿Preferirías que hubiese empezado a arder ante tus ojos? Es su karma el que debía morir bajo las llamas. Golpeándole con esa brasa y tomando su karma le ha salvado.’Tales son las bendiciones que pueden ser otorgadas a aquellos que están en contacto con un verdadero gurú, un maestro divino. Aquellos que están en compañía de almas divinas, sinceramente y en espíritu- llegan a ser divinos.
Evita la Mala Conducta para Prevenir Resultados Desagradables
(‘La ley de los milagros puede ser realizada por un hombre que sabe que la esencia de la creación es la luz. Un maestro es capaz de proyectar en manifestación perceptible los ubicuos átomos de la luz. La forma de la proyección (lo que sea: un árbol, una medicina, un cuerpo humano) está determinado por el deseo del yogui y por su poder de voluntad y visualización.’ - Autobiografía de un Yogui, Capítulo 30, La Ley de los Milagros.)
De esta manera pudo Jesús revivir a Lázaro, aún y cuando las leyes naturales lo hacían imposible.
Si la bombilla de una lámpara se rompe la luz desaparecerá. A no ser que reemplaces la bombilla, no podrás devolver la luz. De la misma forma, si la luz del alma abandona un cuerpo, no puede volver si no es en la bombilla de un nuevo cuerpo, en una nueva encarnación. Pero los antiguos sabios sabían, al igual que Jesús, que un cuerpo destinado a morir puede ser revivido por aquel que sabe como hacerlo. Por supuesto, resucitar a los muertos es un caso extremo de alterar el destino; pero nos muestra que el hombre tiene poder incluso sobre la muerte - el destino inevitable.
Mahavatar Babaji también demostró el poder de devolver la vida. Un pretendiente a discípulo buscó a Babaji en el Himalaya, donde el gran maestro vive con algunos avanzados discípulos. El extranjero pidió ser admitido en el grupo sagrado, jurando que saltaría desde la montaña si su petición era rechazada. Babaji le dijo que no podía aceptarlo en aquel estado de desarrollo. El turbado devoto se precipitó por el precipicio mientras los demás devotos lo observaron con horror. Babaji les pidió entonces que recuperaran el cuerpo. Los discípulos obedecieron y colocaron el cuerpo sin vida a los pies del Mahavatar. El tocó el cuerpo, lo curó y devolvió al devoto a la vida. Mediante este acto de fé y devoción totales, el discípulo extrajo los últimos vestigios de mal karma que le hacían inapropiado para unirse al grupo de devotos de Babaji. El gran gurú le aceptó entonces como discípulo.
En otra ocasión, Babaji satisfizo la ley kármica atrayendo el karma de un devoto hacia él, mitigando así el poder de la muerte - lo cual solo un verdadero gurú tiene el poder de hacer. El Mahavatar estaba sentado junto aLahiri Mahasaya y otros discípulos. Ante ellos ardía un fuego ceremonial. De repente, Babaji tomó una ascua incandescente y golpeó con ella el hombro desnudo de un discípulo. Lahiri Mahasaya se extrañó y preguntó a Babaji por qué había hecho algo tan terrible. Babaji le miró y dijo :’¿Preferirías que hubiese empezado a arder ante tus ojos? Es su karma el que debía morir bajo las llamas. Golpeándole con esa brasa y tomando su karma le ha salvado.’Tales son las bendiciones que pueden ser otorgadas a aquellos que están en contacto con un verdadero gurú, un maestro divino. Aquellos que están en compañía de almas divinas, sinceramente y en espíritu- llegan a ser divinos.
Evita la Mala Conducta para Prevenir Resultados Desagradables
Hablemos ahora de prevenir las causas. Debes controlar todos lo impulsos que te hacen actuar erróneamente: debes superar la avaricia, los celos, la rabia crónica y otras tendencias que siempre se repiten. Todas las emociones dañinas de tu interior deben ser controladas. Estos estados son remediables.
Los materialistas se concentran en el tratamiento de los síntomas y los efectos secundarios. No creen en leyes o causas más profundas. Ellos creen que cuando rompes las leyes de la buena conducta, debe de haber dos causas: la influencia de la mala compañía o el ambiente que te afectan negativamente; y la falta de auto-control. Eso es cierto.
Pero aquellos que van más lejos, dicen además que el grado de tu susceptibilidad hacia las presentes causas está en proporción con las siguientes causas: las tendencias que hay en tu interior provienen de tu conducta en otras vidas. Si el doctor cura las úlceras de alguien pero aquella persona sigue comiendo mal, tendrá úlceras otra vez - o quizá algo peor. El metafísico podría ver la causa, que en este caso es la avaricia, el hábito del pasado, y el presente, incontrolado deseo de comer lo que quiere en vez de lo que es necesario. El metafísico recomendaría hacer desaparecer la causa.
En el momento y en el ambiente apropiados, todas las buenas y las malas acciones del pasado se ven realizadas, igual que las semillas que brotan bajo las condiciones adecuadas. Esto explica por qué es importante relacionarse con buena compañía. Tú no sabes qué tipo de semillas tienes en tu interior. Supón que tienes en tu conciencia un afición por la bebida que viene del pasado. Nunca has bebido en esta vida, pero un día, en una fiesta, bebes y de pronto te ves atrapado en un deseo constante por el licor. Eventualmente acabas adicto a la bebida. Las tendencias estaban enterradas en tu interior como resultado de vivencias pasadas; tus presentes acciones proporcionaron las condiciones necesarias para su resurrección.
Así que es poco recomendable relacionarse con gente que pueda hacer surgir algún mal hábito en ti. Tú no sabes qué semillas latentes de malas acciones llevas en tu conciencia. Es mejor no darles ninguna oportunidad a crecer.
¿Puedes ver cuán profundos son estos principios? Esta forma de sobreponerse al destino es la más maravillosa filosofía. Demuestra que el hombre puede dominar su vida por completo. Y esa vida es una bella experiencia cuando no eres su esclavo, sino su dueño. Tus mayores enemigos son los malos hábitos. Te perseguirán de una reencarnación a otra hasta que los superes. Si quieres liberarte del destino, debes curarte de los malos hábitos. ¿Cómo? La buena compañía es una de las mejores medicinas. Si tienes tendencia a beber, relaciónate con gente que no lo haga. Si padeces una salud débil, mézclate con gente positiva, que piensan en la enfermedad. Si tienes conciencia de fracaso, relaciónate con aquellos que tengan una conciencia de éxito. Entonces empezarás a cambiar.
Cada uno de tus hábitos crea un surco o camino en el cerebro. Estas vías hacen que te comportes de cierta manera, casi siempre contra tu voluntad. La vida sigue los senderos que has creado en tu cerebro. En ese sentido no eres una persona libre; eres más o menos una víctima de los hábitos que has formado. Pero puedes neutralizar los efectos de esos hábitos. ¿Cómo? Creando patrones de hábitos positivos. Y puedes borrar completamente los senderos de los malos hábitos mediante la meditación. No hay otro camino. De todas maneras, no puedes cultivar buenos hábitos sin la compañía ni el ambiente adecuados. Tampoco puedes librarte de los malos hábitos sin correcta compañía ni meditación.
Incluso si huyeras a la jungla los malos hábitos seguirían contigo. No puedes escaparte de ellos, así que debes intentar superarlos. Limpia la jungla de tus malos hábitos. Entonces serás libre. Una familia que siempre esté discutiendo diría, ‘Si pudiésemos vivir en el campo seríamos tan felices...’ Tarde o temprano se desplazan hasta el campo, pero como nunca han aprendido a respetarse los unos a los otros, siguen peleándose, y convierten la vida en ese lugar en una pesadilla.
Así que no esperéis. Cambiad por vuestra cuenta. Puede ser la más sencilla de las cosas, o también la más difícil: sencilla si meditáis y permanecéis en buena compañía; difícil si no meditáis y os mezcláis con gente que os influencia erróneamente.
Nunca te Rindas en Tus Buenos propósitos
o dejes que nadie te diga que estás acabado. ¿Por qué deberías rendirte? ¿Por qué deberías pensar, ‘No puedo cambiar, soy viejo, he fracasado’? Puedes cambiar cada día, en cualquier momento. He notado que algunas personas permanecen igual año tras año. Yo les llamo antiguallas psicológicas. Y he visto gente que, sin importar lo que suceda, siempre están llenos de ambición y hacen cosas para mejorarse a sí mismos. Esa es la forma correcta de vivir.
Yo conocía a la mujer de un senador. Ella era una fanática del alcohol; cuando su marido murió, lo dejó totalmente. Empezó a hacer ejercicio y a ser tremendamente activa. De acuerdo con su punto de vista, ser vieja no significaba que debiera olvidar sus intereses y prepararse para morir. Mantuvo este punto de vista durante bastante tiempo y se mantuvo entusiasta, saludable y feliz. No era una persona ordinaria, y yo admiraba mucho su espíritu.
Mucha gente envejece antes de tiempo. No debes rendirte solo porque tengas setenta u ochenta años. Nunca reveles tu edad; no dejes que nadie diga que estás envejeciendo. Manténte joven. Siéntete joven. Es el espíritu en tu interior el que te mantiene joven. Hay mucha gente joven que son psicológicamente unos ancianos. No tienen ni ambición ni entusiasmo. No intentan cambiar. Sólo estás acabado cuando lo piensas o lo dices. No importa lo que los demás digas, tu rendición es la peor de todas. Eres tú el que te rindes.
En el momento que dices, ‘Lo he intentado, pero no puedo contactar con Dios,’ has fracasado. No le hallarás. Algunos maestros dicen que si uno no inicia su búsqueda de Dios antes de los treinta años, no puede encontrarle. Eso no es cierto. Dios vendrá a ti en el momento que estés dispuesto a hacer el esfuerzo. Es cierto, sin embargo, que cuanto más pronto alguien empieza a buscarlo, más fácil le resulta, ya que los hábitos aún no se han formado del todo. Krshna dijo que a pesar de los malos hábitos, uno puede hallar a Dios si le busca sinceramente: ‘Incluso un malhechor que lo deja todo para adorarme exclusivamente será contado entre los buenos, por su correcta elección. Rápidamente se convertirá en un hombre virtuoso y alcanzará la paz eterna. “Di a todos, O Arjuna, que mis devotos nunca mueren.”(Bhagavad Gita IX:30-31 ) De manera que si tomas la determinación, ‘Seguiré buscando a Dios aunque muera intentándolo,’ sentirás la presencia de Dios; verás que te responde.
Los
Ángeles se Crean en la Tierra, No en el Cielo
No dependas de la muerte para librarte de tus imperfecciones. Tras la muerte eres exactamente igual que antes. Nada cambia; únicamente abandonas el cuerpo. Si eres un ladrón o un mentiroso antes de la muerte, no te transformas en un ángel sólo por el hecho de morir. Si eso fuera posible entonces vayamos todos, lancémonos al océano y seamos ángeles todos a la vez! Sea lo que sea lo que de ti hayas hecho, así serás después. Y cuando te reencarnes, llevarás la misma naturaleza a tu nuevo cuerpo. Para cambiar debes hacer el esfuerzo. Este mundo es el lugar para hacerlo. El hombre solo está aquí para aprender a romper las cuerdas que atan a su alma. Enfermedad, fracaso, envidia, avaricia - rompe estas ligaduras ahora. Estás en la crisálida de los malos hábitos y debes salir de ahí con tu esfuerzo. La mariposa del alma debe ser liberada para que pueda desplegar sus alas de bellas cualidades divinas. Si el gusano de seda está aún en la crisálida cuando viene el recolector de seda, queda atrapado allí dentro y muere en la crisálida que él mismo ha creado. De la misma manera tejes hebras de malos hábitos a tu alrededor y mueres atado a ellos.
El último día de tu vida sé positivo; intenta estar alegre. Incluso al final de todo, no pienses, ‘Ya está.’ En vez de lamentarte por ti deberías pensar, ‘Vosotros que os quedáis en esta orilla desolada para lamentaros y llorar sí que me dais lástima.’ La muerte no será un problema si tienes la conciencia despejada y dejas el mundo con este pensamiento: ‘Señor, estoy en Tus manos.’
Cómo la Meditación Cambia tu Destino
Si realmente quieres librarte de los malos hábitos y escapar de esos decretos del destino que te causan sufrimiento, no te queda más recurso que la meditación. Cada vez que meditas profundamente en Dios, efectos beneficiosos suceden en tu cerebro.
Supón que has fracasado en el trabajo, o has fracasado moral o espiritualmente. A través de la profunda meditación y afirmando, ‘Yo soy uno con mi Padre,’ sabrás que eres un hijo de Dios. Confía en ese ideal. Medita hasta alcanzar una gran alegría. Cuando la felicidad golpee tu corazón, Dios habrá respondido a tus ruegos; está respondiendo a tus preguntas y a tu pensamiento positivo. Este es un distinto y definitivo método:
Primero medita bajo este pensamiento, ‘Yo y mi padre somos uno,’ intentando sentir una gran paz, y después una mayor alegría en tu corazón. Cuando sientas esa alegría. Di, ‘Padre, estás conmigo. Ordeno al poder de mi interior que cauterice mis células mentales de los malos hábitos y pasadas tendencias.’ El poder de Dios durante la meditación lo hará. Olvídate de la limitante conciencia de que eres un hombre o una mujer; sé consciente de que eres un hijo de Dios. Entonces afirma mentalmente: ‘Ordeno que cambien las células de mi cerebro, que destruyan los surcos de los malos hábitos que hay en él. Señor, quémalos con tu divina luz.’ Y cuando practiques las técnicas de meditación de Self-Realization, especialmente Kriya Yoga, verás la luz de Dios bautizándote. Pero debes concentrarte; debes unirte profundamente a Dios. La noche es el mejor momento para esto. Cuán maravilloso es entonces unirse a Dios - cuando el mundo a tu alrededor es silencioso. He tenido mis mayores experiencias con Dios por la noche, antes de ir a dormir. Nunca pienso en dormir si no quiero. Quiero estar con el Señor por la noche, y El cuida de mí.
Caminando con Dios |
Nunca me preocupo por el futuro o el pasado. Simplemente vivo cada día para Dios, eso es todo. Siempre que sea posible haré lo que sea lo mejor que pueda; pero no me preocupo por nada. Estoy trabajando solo para Dios en este mundo, y no me importa lo que pueda sucederme. ¿Qué podría pasar para que dejar de estar con el Señor? Cuando estaba en la India, escribí esto a la gente del Monte Washington: ‘Nunca os echo de menos porque siempre estoy con vosotros. Y cuando esta ola desaparezca de la superficie del océano de la vida, estaré en otra parte; pero ya sea aquí o allá, estaremos en el mismo océano de la vida en Dios.’
De esta manera, cuando conozcas a Dios, no llorarás por tus seres queridos cuando te veas separado de ellos. Muchos amigos que conocí en el pasado los he encontrado en esta vida. Y muchos de los que ahora me conocen me conocerán después.
Cuando llegué por primera vez a América, vi las caras de algunos de vosotros en una visión. Es por eso que escribí, ‘Memorias dormidas de amigos vienen a saludarme de nuevo, navegando sobre el mar.’ Me sentía muy triste cuando el barco llegaba al puerto de este extraño país; yo era aprensivo, y mi India natal estaba silenciada por la oscuridad de miles de millas. Pero entonces vi en mi visión las caras de muchos a los que había conocido en vidas anteriores, y una gran alegría me invadió.
Sabía que había conocido a Madame Galli-Curci y a su marido antes. Un día, un disco suyo estaba sonando y pregunté, ‘¿Qué disco es este?’ La voz era la de Galli-Curci. ‘Voy a conocerla,’ dije. Más tarde, una noche en Chicago, un amigo me dijo, ‘Madame Galli-Curci está en la ciudad. Creo que deberías conocerla.’ Me dieron una carta de presentación, y algunos intentaron que viniese a verme. Pero todas las entradas para el concierto estaban vendidas. Al final el propio mánager me dio la entrada de su hijo. Cuando Madame Galli-Curci y yo nos encontramos a la salida del concierto me saludó y me dijo, ‘Les he regañado por no haberte proporcionado una entrada antes.’ Hemos sido amigos desde ese momento, y ella y su marido siguen este camino con total lealtad.
Aunque la vida parezca caprichosa, incierta y llena de problemas, siempre estamos bajo la amorosa protección de Dios. Estamos en una especie de cárcel, encerrados por las consecuencias de nuestras malas acciones. Pero podemos huir de esta prisión y ser uno con Dios otra vez. Aunque estemos rodeados por los barrotes del destino - el mal, los problemas morales, la debilidad, la enfermedad- tenemos el suficiente poder en nuestro interior para romperlos.
En tu juventud sientes que tienes el poder de conquistar el mundo, pero mientras envejeces te vas dando cuenta de que has perdido ese poder. Día tras día, demuestras que eres un esclavo de tus hábitos y del ambiente que te rodea. En vez de eso, deberías afirmar: ‘Soy el conquistador. Puedo morir, pero moriré feliz en el seno de Dios. No permaneceré tras los barrotes de los malos hábitos, los barrotes del destino.’ Esta libertad llegará si meditas diariamente y refuerzas tu fuerza de voluntad. Fuiste tú y no Dios quien creó la prisión. Tú has forjado esos barrotes y tú debes romperlos. Debes escaparte de esta prisión de la carne. Escapa de cada celda de malos hábitos, emoción, deseos, vida y muerte. Los barrotes de esta celda en la cual se halla aprisionada tu alma deben ser cortados con la sierra de la sabiduría. Cuanto más los sierres durante la meditación, más libre serás a través del poder de Dios. En El sabrás que esta vida es como un sueño; es una obra de teatro.
Queridos amigos, soy muy feliz en estas reuniones porque no vengo a hacer una charla; hablo con vosotros con la conciencia del Espíritu, no de una forma mecánica. Os digo lo que proviene de mi alma. Yo busco a aquellos que están profundamente interesados en hallar a Dios. Tales almas maravillosas se encuentran aquí, y viven también aquí, en el ashram del Monte Washington. Doy gracias al Señor por toda Su gloria.
No siempre es fácil hacer el bien. Pero lo mejor de esta vida es vivir en el castillo de tu conciencia, sabiendo que agradas a Dios. El es la única respuesta ya que en El reside la mayor felicidad. ‘Mediante las buenas acciones, tomándome como escudo a Mi y a mis placeres, el devoto obtiene el eterno e inmutable estado.’(Bhagavad Gita XVIII:56) Debéis de amar a todos e intentar ver a Dios en cada persona, incluso en aquellos que se equivocan. Y, sin importar lo difícil que parezca, debes seguir el camino de la verdad; entonces romperás los barrotes del destino.
Paramahansa Yogananda
Sede de Self-Realization Fellowship
Los Angeles, California
“EL DIVINO ROMANCE”
...el que quiera ver que vea, el que quiera oir que oiga...
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